Laylat al-Qadr
Nit del Poder, Nit del Destí
27 Ramadân 1438
Con el
nombre de Allah, el Rahmân, el Rahîm
1. Lo
hemos revelado la Noche del Destino.
2.
¿Qué te hará saber lo que es la Noche del Destino?
3. La
Noche del Destino es mejor que mil meses.
4.
Descienden los Malâika y el Rûh en ella, con el permiso de su Señor, para todo
asunto.
5.
Ella es paz hasta que despunta el alba.
Corán,
97
“Esta azora habla de una noche (laylat) formidable, aquella en la que el
cielo y la tierra se comunicaron, y en su centro apareció el Corán. Se trata de
la noche en la que el Libro comenzó a ser depositado en el corazón de Muhammad
(s.a.s) y que iría brotando a lo largo de veintitrés años, acompañando su vida
y la de la primera Comunidad musulmana. Eso ocurrió la Noche del Qadr, una Noche extraordinariamente
valiosa en la que se dejaron vislumbrar la Fuerza y el Poder de Allah presentes
en todo y rigiendo cada realidad. El término Qadr destaca esos dos valores: mérito y destino.
La Revelación (Wahy) –o Descenso del Corán (Nuzûl
al-Qur’ân)- no fue un hecho intrascendente. Esa noche tuvo que ser
necesariamente muy especial, y en ella se produjo un acontecimiento único cuya
importancia tiene dos razones. La primera, el hecho en sí de la Revelación: el
roce en un instante concreto del Universo de Allah y el universo del ser
humano. La segunda, sus repercusiones históricas. Es la primera de estas
circunstancias la que destaca este breve capítulo del Corán. […]
Los distintos pasajes coránicos que se refieren
a ese acontecimiento [la Revelación] parecen siempre relámpagos: vibran y
destellan. Es más, comunican luz. La Noche del Destino (Laylat al-Qadr) es el momento valioso en que descienden los Malâika, los Seres de Luz, y hablan al
corazón del Hombre. En especial, desciende el Espíritu, el Rûh, que nos recuerda el momento en que el ser humano fue creado y
Allah sopló en él. Es una noche en la que se añade vida a la vida porque algo
esencial es desvelado, y con esa revelación cambian muchas cosas. Esa noches es
irrepresentable: “¿Qué podría hacerte
comprender lo que es “la Noche del Destino”?...”. […]
La Noche del Destino tuvo lugar en Ramadân, el
noveno mes lunar. Durante ese mes, el Profeta (s.a.s) se retiraba a practicar
el ayuno y la contemplación en Hirâ, una pequeña gruta en las inmediaciones de
Meca. Ahí tuvo lugar ese acontecimiento formidable e inesperado. Según varios
hadices, ocurrió la noche vigésimo séptima del mes de Ramadân. Otros relatos
son más vagos, y hablan de cualquiera de las noches de ese mes, prevaleciendo
el que la Revelación se concentraría en el corazón de Muhammad en alguna de las
diez últimas noches del mes del ayuno. […]
El Corán la llama a esta noche
la Noche del Destino (Laylat al-Qadr).
Es la Noche del Qadr, que significa mérito, valor, rango elevado, y también
significa predeterminación y destino de las cosas, el decreto con el que Allah mide y gobierna
las realidades y las conduce de modo inexorable. La palabra Qadr (medida exacta) sugiere las nociones de Fuerza y Poder (Qudra). El Qadr sugiere también la noción de Destino (Qadar), que es
el Decreto Trascendente y la Energía que rigen las cosas y los acontecimientos,
la que los hace ser y los estructura. Es la Presencia de la Vida, el Poder, la
Ciencia y la Voluntad de Allah en cada instante y es la Decisión y el Decreto de Allah en todo lo que existe.
El Qadr es el Imperio de Allah en
cada criatura, un Dominio de la Verdad sin el que la criatura no podría ser.
Esa Noche fue aquella en la que el Qadr
se le evidenció a Muhammad (s.a.s.) vaciándolo de fantasías, ilusiones,
suposiciones y quimeras y mostrándole la Autenticidad que rige la existencia.
En ese instante le fue revelado el Corán a su corazón. […]
Esa noche iluminada desemboca
en un amanecer: el día que la sigue es un nuevo mundo lleno de paz, es decir, a
salvo de las contradicciones y conflictos propios de la disgregación de nuestra
realidad. De esa noche surgió el Islâm,
la inmersión en el Salâm, la Paz y la reconciliación con la
Verdad Una. El mundo disperso y roto quedó atrás. Al Qur’ân –Reunión, Síntesis- se le llama también Furqân –Separación, Discriminación- porque con él se ha distinguido
claramente entre ese universo decadente y el Universo Unitario de Allah. Lo que
lo reunificó todo hizo simultáneamente que los musulmanes se despidieran del
enemigo que separa y aísla al hombre y lo hace insignificante: el “mal”, la “avidez”,
la “tribulación”, la “miseria” y los “dioses”. El Corán reúne y separa, lo
junta todo en el corazón del mû’min,
de aquél que se ha abierto a Allah, y saca de él lo que sobra, lo que no es
compaginable con esa Paz.”
Abderramán Mohamed Maanán, Tafsîr